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Entendiendo La Demencia Y Cuidando A Los Pacientes Ancianos Con Demencia.
July 8, 2023 at 6:00 PM
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La demencia es un fenómeno que puede ser causado por varias enfermedades que destruyen las células nerviosas y dañan el cerebro, provocando un deterioro de la función cognitiva (es decir, la capacidad para procesar ideas) más allá del envejecimiento biológico. Los cambios en el estado de ánimo, el control emocional, el comportamiento y la motivación suelen preceder al deterioro cognitivo, el cual no altera la conciencia.

La demencia tiene consecuencias físicas, psicológicas, sociales y económicas, no solo para los afectados por la demencia, sino también para sus cuidadores, familias y la sociedad en su conjunto. Con frecuencia, la falta de conciencia y comprensión de la demencia conduce a la estigmatización y a obstáculos para el diagnóstico y el cuidado.

Formas comunes de demencia

La demencia puede ser causada por diversas enfermedades o lesiones que afectan directa o indirectamente el cerebro. La enfermedad de Alzheimer es la forma más prevalente, representando el 60-70% de los casos. Otras formas de demencia incluyen la demencia vascular, la demencia con cuerpos de Lewy (depósitos anormales de proteínas en las células nerviosas) y un grupo de enfermedades que contribuyen a la demencia frontotemporal (degeneración del lóbulo frontal).

La demencia también puede desarrollarse después de un accidente cerebrovascular, en el contexto de ciertas infecciones como el VIH, como consecuencia del consumo excesivo de alcohol, lesiones cerebrales repetidas (conocidas como encefalopatía traumática crónica) o deficiencias nutricionales. Existen límites difusos entre diferentes formas de demencia, y con frecuencia coexisten formas combinadas.

Síntomas y signos de demencia

Los signos de demencia pueden variar considerablemente. Ejemplos incluyen problemas con:

· La memoria a corto plazo.

· El seguimiento de una cartera o billetera.

· El pago de facturas.

· La planificación y preparación de comidas.

· El recordar citas.

· Salir del vecindario.

Muchas condiciones son progresivas, lo que significa que los síntomas de la demencia comienzan lentamente y empeoran progresivamente. Si tú o alguien que conoces está experimentando problemas de memoria u otros cambios en las habilidades cognitivas, no debes ignorarlos. Consulta a un médico de inmediato para determinar la causa.

Una evaluación experta puede descubrir una condición tratable. E incluso si los síntomas sugieren demencia, un diagnóstico temprano permite a una persona maximizar los beneficios de los tratamientos disponibles y brinda la oportunidad de participar en ensayos clínicos o investigaciones. También ofrece la oportunidad de planificar para el futuro.

Causas

La enfermedad de Alzheimer es causada por una lesión en las células cerebrales. Esta lesión interfiere con la capacidad de las células cerebrales para comunicarse entre sí. Cuando las células cerebrales no pueden comunicarse de manera normal, el pensamiento, el comportamiento y las emociones pueden verse afectados.

Cada región del cerebro es responsable de una función particular, como la memoria, el juicio o el movimiento. Las células dañadas en una región impiden que esa región realice sus funciones de manera ordinaria.

Si bien la mayoría de los cambios en el cerebro que causan demencia son permanentes y empeoran con el tiempo, los problemas de pensamiento y memoria causados por las siguientes condiciones pueden mejorar cuando se trata o se aborda la condición:

Si bien la mayoría de los cambios en el cerebro que conducen a la demencia son permanentes y empeoran con el tiempo, las dificultades de pensamiento y memoria pueden mejorar si se tratan o se abordan las siguientes condiciones:

- Efectos adversos de medicamentos.

- Uso excesivo de alcohol.

- Trastornos de la tiroides.

- Deficiencias de vitaminas.

Diagnóstico de la demencia

No hay una sola prueba que pueda diagnosticar definitivamente la demencia. Los médicos diagnostican la enfermedad de Alzheimer y otras formas de demencia en función de una historia clínica completa, un examen físico, pruebas de laboratorio y los cambios cognitivos, funcionales y conductuales asociados con cada tipo.

La demencia de una persona puede diagnosticarse con un alto grado de certeza. Sin embargo, es más difícil identificar la forma precisa de demencia porque los síntomas y los cambios cerebrales de las diferentes demencias pueden superponerse. En algunos casos, un médico puede diagnosticar "demencia" sin especificar un subtipo. Si esto ocurre, puede ser necesario consultar a un especialista como un neurólogo, psiquiatra, psicólogo o geriatra.

Tratamiento y cuidado

No existe una cura para la demencia, pero se puede hacer mucho para ayudar tanto a las personas con demencia como a sus cuidadores.

Las personas con demencia pueden mantener su calidad de vida y bienestar al:

- participar en actividad física

- participar en actividades e interacciones sociales que estimulen el cerebro y mantengan la función diaria.

Además, ciertos medicamentos pueden ayudar en el manejo de los síntomas de la demencia:

- Los inhibidores de la colinesterasa, como el donepezilo, se utilizan para tratar la enfermedad de Alzheimer.

- El memantina y otros antagonistas del receptor NMDA se utilizan para tratar la enfermedad de Alzheimer grave y la demencia vascular.

- Los medicamentos para la presión arterial y la reducción del colesterol pueden prevenir más lesiones cerebrales en la demencia vascular.

- Los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) pueden aliviar los síntomas graves de depresión en pacientes con demencia si las modificaciones en el estilo de vida y en el entorno social no son efectivas, pero no deben ser la primera línea de tratamiento.

Los medicamentos como el haloperidol y la risperidona pueden ayudar a los pacientes con demencia que corren el riesgo de lastimarse a sí mismos o a otros, pero nunca deben usarse como tratamiento inicial.

Cuidar a alguien con demencia requiere paciencia.

La paciencia es esencial al cuidar a una persona con demencia. Con frecuencia, la carga del cuidado recae de manera desigual en el cónyuge o en un hijo que vive cerca. Nos lleva algún tiempo, si es que lo hacemos, darse cuenta de que se necesita más de una persona para apoyar a alguien con demencia.

Cuando una interacción no va según lo planeado, sugerimos seguir los siguientes pasos:

1. Retroceder: Está bien no responder de inmediato. Piense antes de actuar y asegúrese de que sus expresiones faciales y lenguaje corporal coincidan con sus palabras. Antes de transmitir un mensaje verbal, queremos asegurarnos de que los estímulos visuales sean atractivos. Como sugiere Teepa Snow, involucre los sentidos proporcionando señales en el siguiente orden: visualmente, verbalmente y físicamente.

2. Responder en lugar de reaccionar: Es necesario analizar por qué queremos cambiar el comportamiento para poder responder de manera completa. A veces corregimos narrativas en lugar de comportamientos. Los pacientes con demencia pueden tener alucinaciones o viajar en el tiempo. En lugar de tratar de reajustarlos, pregunte sobre su pasado o futuro. A menudo nos conectamos mejor al pedirles pacientemente que nos cuenten más.

3. Hacer planes, pero esperar que cambien: Lleve su agenda. Las personas que no son cuidadoras tienen dificultades para comprender por qué las tareas diarias llevan tanto tiempo. ¿Por qué dura una hora ducharse? ¿Por qué las comidas requieren dos turnos?

Nuestro enfoque cuenta porque, a diferencia de un niño, un adulto mayor ha vivido mucho tiempo y espera ser tratado con dignidad y respeto. A pesar de las memorias que se desvanecen, estos impulsos de orgullo persisten. Debemos seguirlos.

4. Descubrir qué puedes y qué no puedes controlar: Debemos tener en cuenta que las actividades son una forma de conectar con una persona con demencia. Si estamos jugando un juego establecido, está bien ignorar las reglas. En lugar de jugar a un juego de cartas, por ejemplo, ¿por qué no organizar el mazo?

A medida que la enfermedad avanza, su ser querido puede encontrar mayor consuelo al sostener objetos en lugar de organizarlos. Esto es cierto. Estamos aprendiendo a adaptarnos a sus sentidos en evolución y a utilizarlos para descubrir nuevas formas de saludarlos.

5. Cuídate a ti mismo: Aplicamos nuestro razonamiento a la persona con demencia, pero no a nosotros mismos. ¡Independientemente de la cantidad de ayuda que tengas, necesitas unas vacaciones! Cuidar a una persona con demencia puede ser una tarea desalentadora.

Si estás emocionalmente agotado o físicamente incapaz de cumplir con tus tareas, serás menos útil para la persona que necesita tu cuidado. No es egoísta, sino esencial, tomar tiempo para apreciar la vida y mantener tu salud.

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