El TDAH es un trastorno del neurodesarrollo caracterizado por patrones persistentes de
inatención, hiperactividad e impulsividad. Afecta tanto a niños como a adultos.
La causa exacta del TDAH no se comprende completamente, pero probablemente involucra una combinación de
factores genéticos, ambientales y neurológicos.
Tipos de TDAH:
Tipo Inatento: Se caracteriza principalmente por dificultades para mantener la atención, organizar
tareas y cumplir con las responsabilidades.
Tipo Hiperactivo-Impulsivo: Se caracteriza por un exceso de inquietud física, comportamiento impulsivo
y dificultad para esperar el turno.
Tipo Combinado: Una combinación de síntomas de inatención e hiperactivo-impulsivo.
Síntomas Comunes:
· Inatención:
Errores frecuentes por descuido en el trabajo escolar o laboral.
Dificultad para mantener la atención durante tareas o juegos.
Olvidos en las actividades diarias.
· Hiperactividad:
Inquietud o golpeteo de manos/pies.
Incapacidad para permanecer sentado.
Exceso de habla.
· Impulsividad:
Interrumpir a otros durante las conversaciones.
Dificultad para esperar el turno.
Tomar decisiones impulsivas sin considerar las consecuencias.
Diagnóstico y Evaluación:
Una evaluación integral por un profesional de la salud es esencial.
Los criterios del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5) guían
el diagnóstico.
La evaluación incluye entrevistas, observaciones de comportamiento y escalas de calificación.
Opciones de Tratamiento:
· Terapia Conductual:
Ayuda a mejorar las habilidades organizativas, la gestión del tiempo y las estrategias de afrontamiento.
Los programas de entrenamiento para padres son efectivos para los niños.
· Medicación:
Los estimulantes (p. ej., metilfenidato, anfetamina) mejoran el enfoque y la atención.
Hay disponibles opciones no estimulantes (p. ej., atomoxetina).
· Modificaciones en el Estilo de Vida:
El ejercicio regular, el sueño adecuado y una dieta equilibrada pueden apoyar el bienestar general.
Estrategias de Afrontamiento:
· Utilizar señales visuales (p. ej., calendarios, recordatorios) para mantenerse organizado.
· Dividir las tareas en pasos más pequeños y manejables.
· Crear una rutina estructurada.
· Practicar la atención plena y técnicas de reducción del estrés.